Prefacio
Curiosamente, hace muchos años, observé algo que, para algunos, puede parecer bastante inusual o incluso irrelevante. Pero, para mí, esto era no solo aparente sino bastante relevante. Desde joven, observaba a mis dos hermanos menores y notaba las obvias diferencias entre ambos. El primero era muy asertivo, el otro por su parte manso y modesto. Uno estaba inclinado por la parte física, el otro más interesado en lo intelectual. Uno era adepto a los deportes, el otro no. Con uno desarrolle un fuerte vínculo de parentesco, mas no con el otro. Uno era extremadamente independiente y algo distante, el otro muy dependiente. Con uno, podía conversar libremente, con el otro no. Así eran las cosas. Simplemente las tomaba por sentadas.
Muchos años más tarde, cuando analizo el pasado y reflexiono, tal vez había más significado para este fenómeno de lo que parecía a primera vista. Al mirar a mis dos hermanos menores, era como mirarme al espejo. Pude ver alguno de los dos en mí, como si con un cuchillo mágico, me cortaran en dos. Aquí me encontraba frente a mis dos mitades. Y ambas mitades tenían cada uno un par de ojos mirándome fijamente. Era como volver a la historia del Génesis y leer acerca de Caín y Abel, dos hermanos del mismo padre pero de carácter, inclinación, y propósito muy diferentes. Mientras uno trataba de impresionar a su padre, el otro simplemente disfrutaba estar con su padre. A su vez el padre, estoy bastante seguro, dejo reflejado esto en ambos hermanos expresándose en "aceptar el sacrificio" de uno y no del otro.
Hoy en día, es bastante evidente por qué nuestro padre realmente prefería al más joven por encima del hermano mayor. Durante la mayor parte de sus vidas, el hijo menor estaba dotado de una actitud especial la cual es rara y difícil de encontrar hoy en día. Y fue realmente triste y muy revelador cuando vimos morir a "Abel", asesinado por su propio hermano. Uno no puede apreciar realmente lo que uno tiene hasta que se lo quitan.
Como parte de su legado, Aimé nos dejó una historia, que va más allá de ser solo una historia, sino una biografía, siendo más exactos, un testimonio al que puedo corroborar a través de los ojos de "Abel", el hijo preferido, y más deseado y aceptado por su padre.
Eugene
El mayor de los tres hijos.
